Mis allegados lo saben, cuando quiero algo lo consigo aunque me tarde una eternidad. Mi corazón lo sabe también, por eso con el pasar del tiempo se volvió consciente de que las cosas siempre llegan a él y por eso también es que se ha vuelto un tonto, un tonto que cae con canciones de amor, con miradas sagaces y palabras dulces. Pero no, esta vez no, “esta vez vamos a jugar con nuestras reglas”, me decía; el primer paso era cumplir con mi misión. No tardé mucho en lograrlo, a decir verdad hasta sentí decepción en conseguirlo tan rápido. Siempre me mimó menos que los demás, pero solo por mantener su estatus de “player”, todos caen al final y el no iba a ser diferente. Lo podía ver en sus ojos.
Iván no me quería, lo cual no me molestaba porque en un principio yo a el tampoco, me deseaba. Suena egocéntrico pero es verdad, hasta cierto punto yo a el también, era como una cosa mas en mi lista de deberes, conseguir un beso suyo. Era alto, delgado, de cabello rubio cenizo y ojos verdes. Las primeras dos características siempre han sido básicas en mis elecciones, mi subconsciente ubica a la persona mas alta de un lugar e instantáneamente me siento atraída. Tenía una confianza y una presencia que nunca antes había visto. Un tiempo después, mientras platicábamos le dije que el presumía lo que no tenía; era uno de esos camaleones que con su actitud nos hacían creer que eran personas importantes. Fue gracias a esa cualidad que no me di cuenta de lo que realmente pasaba.
Jamás olvidare como esperaba ansiosamente estar en el mismo turno, verlo una hora al día. Había veces que me quedaba perdiendo el tiempo para coincidir aunque fuera solo para verlo llegar. Hubo gente que me advirtió, mis “amigas”, pero yo tan terca como siempre no escuché ni una palabra. Iba a sus partidos, intentaba coincidir en los horarios, hacía hasta lo imposible para que me volteara a ver…luego de un tiempo, alguien se acercó a mi con la mejor de las intenciones de volverse mi amigo y me dijo: “Tu eres una princesa, ¿porque te desvives por alguien como el?” ¿Por qué me desvivía por alguien como el? Quien sabe. No tenía nada especial, no destacaba en nada, era una de esas personas que no volteas a ver dos veces en una multitud. ¿Cómo tener la atención de alguien que se cree dueño del mundo pero que no tiene nada que ofrecerme, alguien que trae a más de una detrás de el y a ninguna corresponde? Fácil, simplemente tenía que recurrir a lo básico, “gánate al amigo y el te ayuda”, otro pequeño inconveniente, Ricardo era su amigo, Ricardo tampoco me volteaba a ver; iba a tener que esforzarme para conseguir su atención.
*"¿Que le dijo una foquita bebé a su mamá? ...Hey, hey mother foca!"
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