miércoles, 28 de mayo de 2008

the soundtrack of my summer (pt. 3)

Recuerdo que en el momento que lo vi acercarse a mi pensé “Otro más a quien aclararle que no busco nada, solo quiero trabajar y que me dejen en paz ¿Por qué será que no entienden?”. Eso era cierto, ese pensamiento había sido tan recurrente el último par de días, que prácticamente ya sabía decirlo al revés. Sus primeras preguntas me hicieron sentir en un interrogatorio, y como jamás he sido tímida, se lo hice saber

“–¿Por qué me preguntas tantas cosas?
–Solo te quería conocer, eres la nueva.
–Mmmm, ¿la nueva?
–Si, mira ya se que no buscas novio, yo tampoco.
–Ah y quieres que no busquemos juntos, ¿no?
–No, tengo novia, se llama Bárbara, antes trabajaba aquí, se salió unos días antes de que entraras.”


Eso cambiaba las cosas, por fin alguien que no quería jugar al gato y al ratón. Recuerdo como si fuera ayer que me reí desde el principio con el, simplemente algo cuadró entre nosotros, no estoy segura de las palabras exactas, y se que el las sabe pero no es momento de preguntar por eso creo yo, solo estoy segura de que esa primera conversación involucró algo con respecto a mi más grande amor, la natación. Por el momento no me quería abrir mas allá de eso con el, a fin de cuentas seguía pensando que era alguien pasajero y no tenía caso involucrarme demasiado, además no había pasado mucho desde que mi confianza y mi corazón fueron humillados y masacrados, aún y cuando el no buscaba mas que platicar y pasar el rato, no podía confiar. Todavía no.

La gran ironía de todo esto es que, si no fuera por como terminaron las cosas, no me acordaría de nuestro primer encuentro. Honestamente para mi no era más que otro espacio en blanco. Un espacio que el día de hoy vuelve a estar como empezó, en blanco.

Es así como empezó mi historia de amor, o desamor- depende de la percepción. Al primer encuentro le siguieron muchos mas, que en ese momento no significaban nada para mi. Un domingo por la tarde, compartíamos turno, él en su estación de meseros y yo en mi área de anfitriona. Recuerdo como mi entrenadora solía decir que la rotación era una parte esencial de nuestro puesto y tomando eso como base, pasé al siguiente par de invitados a su área y recibí a cambio un “Gracias bombón.” Seguido de un guiño juguetón y una mirada sincera. Hasta entonces las palabras que nos habíamos dirigido estaban huecas, eran mas rutina que conversación, pero ese día fue que noté el potencial que tenía.

Como todo hombre, Ricardo tenía a alguien con quien se llevaba mejor que los demás, las mujeres la llamamos mejor amiga, para los hombres yo siento que es diferente; no se si porque están inclinados hacia el lado lógico y le tienen miedo a sus sentimientos o por el simple hecho de que para ellos no solamente una persona podía ser la mejor para ellos. La clave en esta situación es QUIEN era su mejor amigo. Es en este momento en el que Ricardo realmente entra a la ecuación, pero solamente siendo un residuo.
*"Imperfection is beauty. Madness is Genius. And it’s better to be absolutely ridiculous than absolutely boring."

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